El martes 18 de junio, Rafael Aviña y Carlos Bonfil se dieron cita en la sala 4 de la Cineteca Nacional para presentar el libro Un cineasta llamado Ismael Rodríguez —editado por la Cineteca Nacional—, donde Aviña explora de nuevo la historia del cine mexicano, esta vez por medio de la vida y obra del célebre director de Nosotros los pobres (1947).
El tráiler de esta película y un clip detrás de cámaras de Los tres huastecos (1948) abrieron la conversación, moderada por Rodrigo Garay, sobre el trabajo de Rodríguez y los temas en torno a los cuales giraban sus películas y sus colaboraciones con Pedro Infante.
“Ismael vio algo en él”, dijo Aviña sobre el intérprete de Pepe el Toro, agregando que fue el propio Ismael quien moldeó a Pedro Infante como un ídolo sexual, llegando a crear al primer personaje “metrosexual” de la historia del cine nacional.
Otros dos segmentos audiovisuales completaron la presentación: la secuencia inicial de Los hermanos del Hierro (1961) y el duelo de coplas de Dos tipos de cuidado (1953), elegidos por el autor por considerar que, a pesar de ser escenas comúnmente vistas en televisión, tienen una fuerza e impacto que se percibe sólo en pantalla grande. “El arranque de Los hermanos del Hierro es uno de los más importantes de la producción cinematográfica mexicana”, agregó.
Los panelistas abordaron también los escenarios sociales e históricos que Rodríguez puso de telón de fondo para sus películas, coincidiendo que es en esto donde se encuentra uno de los valores más importantes del trabajo del cineasta, ya que puede notarse el entendimiento de las problemáticas que existían en México a nivel social y cultural, las transformaciones que trajo la modernidad a la capital del país y la transición del poder que tenía el cine hacia la televisión.
Los periodistas destacaron principalmente el retrato de la vida durante el alemanismo, plasmado sobre todo a través de la exploración de la pobreza en México. Esto, sin embargo, no fue una característica única de Rodríguez, pues otros directores —como Roberto Gavaldón, Alejandro Galindo o Luis Buñuel— estaban dirigiendo también sus lentes hacia los estratos populares.
Para Aviña, Ismael Rodríguez era un director con gran capacidad creativa que ha sido valorado por la crítica sólo recientemente, después de tantos años de ser tachado como un director populachero y sentimentalista.
Con un diseño editorial de Gissela Sauñe Valenzuela, Un cineasta llamado Ismael Rodríguez está disponible en la tienda oficial de la Cineteca Nacional por un precio de 290 pesos.
Comments