Desde el inicio, las películas del universo de “Conjuring” han tenido una larga tradición de invitar a un sacerdote a bendecir la producción. Aun así, todos han tenido momentos de sucesos extraños durante la filmación, como lo han comprobado en varias ocasiones tanto el reparto, como el equipo, y “Annabelle 3: Viene a Casa” no fue la excepción.
Por nombrar sólo algunos, durante la preproducción, la banca del piano en el cuarto de artefactos se movió durante la noche en varias ocasiones, a pesar de que no había nadie trabajando, y de que el estudio estaba cerrado con llave. Además, durante una visita al set, el reloj de un periodista se volvió loco, cambió la hora, se aceleraba, e incluso se adelantaba varias horas en un instante. Al ponérselo al día siguiente, pensando que la batería estaba por agotarse, el reloj marcaba la hora correcta y estaba funcionando con normalidad.
Mckenna Grace experimentó varios incidentes escalofriantes, como un inexplicable corte en el suministro de electricidad de su tráiler; puertas que encontraba abiertas, cuando las había cerrado; una figura sombría dormida en una de las habitaciones vacías de la locación; un inexplicable sangrado nasal que sólo se detuvo cuando salió del estudio de sonido. Y, en uno de los últimos días de filmación, le regalaron un rosario con los colores del arcoíris, el cual llevaba puesto cuando el crucifijo de pronto se cayó y azotó contra el suelo.
También durante el rodaje, Grace llevó consigo una cámara instantánea nueva para tomarse fotografías con el reparto y el equipo, pero cada vez que tomaba una foto en la que aparecía Annabelle, la imagen salía negra. Y en una foto con Patrick Wilson, una marca negra apareció sobre la cruz que él llevaba puesta, bloqueando el símbolo sagrado.
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