“Los dos papas es una historia de la tolerancia, culpa y perdón” Fernando Meirelles
Dirigida por Fernando Meirelles y protagonizada por Jonathan Pryce (Papa Francisco) y Anthony Hopkins (Benedicto XVI) nos llevan por lo acontecido en 2013 cuando vivimos la llegada de Mario Bergoglio al balcón del Vaticano convertiste en el nuevo papa, para sustituir a Benedicto XVI, pues tras su renuncia inesperada el conclave debía juntare una vez más y la humanidad pararía para saber qué pasaría con su sucesor.
Una película que se puede anexar como un breviario cultural, que, si bien no profunda en cuestiones más importantes que el Vaticano poco a poco ha ido revelando, si nos muestra una fractura en el lado de la fe, el lazo roto entre creyentes a la iglesia y un estancamiento en normas y manera de pensar de la iglesia algo (por no decir bastante) machista y estancada. De las cuales en el tiempo de Benedicto hundió más las creencias.
Pues pareciera que el papa alemán era fanático y si por él fuera, quizá la iglesia católica hubiera vuelto a la época donde la iglesia castigaba. Odiado por muchos y sin saber por dónde salvar a la iglesia que día tras día comenzaba a hundirse, es como decide tomar su renuncia, pero antes de hacerlo y anunciarlo decide llamar a Bergoglio, pues él había sido el segundo con más votos para ser el papa tras el fallecimiento de Juan Pablo II, es así como la historia comienza a intimar en la vida pasada del actual papa, dejando entre ver por qué su nombre y figura es o era tan polémica en Argentina, viajando al pasado en los años setena con la guerra sucia que sufrió el país, no obstante vemos su primer paso para iniciarse tras el llamado de Dios y lo que tu bue dejar en el camino hasta convertirse en el líder de los Jesuitas en Argentina y Uruguay.
Si bien la iglesia y religión católica es la más criticada también es la más que más creyentes tienen, y el cambio que hizo y está haciendo el papa Francisco es grande a los ojos de la humanidad, creyente o no, se puede apreciar una transformación de la iglesia, que por años había tenido una manera de dirigirse y que los católicos debían seguir, ahora parece que la iglesia debe cambiar y adecuarse a la manera de vivir de sus feligreses, pues mientras ellos discutían por cosas sin razón como hablar latín durante la misa o hablar que era del demonio el matrimonio entre homosexuales y además de no hablar de sus sacerdotes pederastas, las personas evolucionaban en la manera de pensar, de actuar y comportarse ante las ideas de la religión.
Y es lo que de manera “asertiva” está logrando el papa Francisco, y aunque estar a años luz de la transformación, los pasos que da son a beneficio de todas las personas.
La manera de ver a la iglesia es un punto tan firme que hasta la mima película sabe cómo mantenerla en la esencia del personaje, haciendo reflexionar a Benedicto sobre sus posturas y la manera en la que gobernó, estando ahora él viendo el cambio y las correcciones de su sucesor.
El trono de San Pedro es ocupado por el papa Francisco, un cambio fuerte que lo han llevado hasta conversar con los líderes de otras religiones para tener una “paz” que por años se buscó.
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