La primera civilización india conocida, punto de partida de su historia, se remonta a alrededor del 3000 a.C. Fue una civilización con un alto desarrollo urbano. Dos de sus ciudades, Mohenjodaro y Harappa, en el valle del Indo (actual Pakistán) representan el nivel más alto de estos asentamientos. Edificaron enormes templos, se dedicaron a la agricultura de regadío y mantuvieron un activo intercambio comercial con pueblos del Golfo Pérsico y Sumeria (Irak).
Leila, la nueva producción de Netflix llega a la plataforma de streaming para apantallarnos con un drama, que por momentos se siente tan real y tan personal que opaca a grandes productoras; solo basta con ver el primer capítulo de la serie para quedar tensos por la separación entre la separación forzosa de una madre a una hija, donde las mujeres son vistas como objetos y los niños como esclavos, vendidos al mejor postor.
La serie se encarga de enfocarnos a una cultura en el que las castas son establecidas por un gobierno, lo cual hace que conozcamos el origen de nuestra protagonista “Shalini” quien está casada y tiene una hija (mestiza) con un musulmán. Y que a poca edad es separada de su hija por el régimen que se maneja dejando el dolor de una madre por todos los capítulos y la búsqueda de Leila.
Llevada a un campo de pureza y todo se lo deben entregar a Aryavarta, en el cual no hay lugar para el libre albedrío, ¿Qué pasa si te opones? Mueres. Esto obviamente es ficción, pero con un poco de realidad, pues podemos ver como esa secta llamada religión se vuelve en las familias de prestigio en un tipo de fanatismo que es malo y carcome sus vidas lentamente. Lo cual podemos seguir viendo en sociedades actuales.
Manejando grupos extremistas, donde se dedican a segregar a los demás, la inferioridad y el poder que creen tener sobre los de menos recursos, las amenazas de muerte y el régimen autoritario son el pan de cada día y en la serie se refleja de una manera única; pes ya no necesita de la hacer burlas o chistes sobre un tema tan difícil y lo muestran tal cual se vive al día en algunos lugares del mundo.
En búsqueda por su hija Shalini conocerá pueblos devastados, desesperados por el poder que no voltean a verlos, conocerá a niños esclavos que conocen su destino al ser impuros, pero también verá el otro lado de la moneda, en casos como su hija Leila, quien puede tener muchos privilegios por ser mestiza. Y la originalidad para definir quién pertenece a cada rango social, los tatuajes, pues al momento de escanearlo se pueden identificar a las personas.
Esperando el anuncio de la segunda temporada por parte de Netflix y la ansiedad por saber si logara Shalini encontrar a su hija y escapar de Aryavarta.
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