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Foto del escritorDavid Cabrera

¡Gloria al príncipe Alí!


El director Guy Ritchie catapulta el live - action de Aladdin a la cima de la taquilla, pues después de varios intentos y la obsesión por Disney de llevar a sus clásicos una vez más a la gran pantalla, pero en live action, no le había resultado tan bien como ahora Aladdin lo hace a nivel mundial. Pues junto a Mena Massound (Aladdin) y Naomi Scott (Jasmine) conocemos el mundo ideal que imaginábamos con la cinta animada de 1992.

Escenarios, coreografías y las canciones encajando a la perfección en cada segundo, pues literalmente desde el inicio de la cinta nos mandan a volar la imaginación, conocemos a nuestro Alí corriendo y escapando entre calles junto a Abu; pero pareciera que la cereza de este pastel es Will Smith, quien se lleva las palmas y el reconocimiento de las personas en cada función, pues a pesar de los miedos que se tenían, las interrogantes y comparación con el genio de Robet Williams, nos demuestra que superó las expectativas, realizado un buen homenaje y divirtiéndonos como solo él lo sabe hacer.

Marwan Kenzari como Jafar, deja mucho que pensar, pues estábamos ilusionados con ver a ese personaje de la cinta animada, que con solo verlo sabíamos que es malo, doble cara e hipócrita, pero pareciera que esta versión es más sarcástico, pero no da miedo ni imponente.

Con 2 canciones nuevas, Aladdin nos demuestra un nuevo enfoque a Jasmine que será más independiente y guerra, lo cual hace que se sienta fresca la versión y además la canción que pese que a muchos no les pareció agradable o sobresaliente “Speechless” sirve para cerrar el mensaje que da el director con este personaje.

En fin, Aladdin se posiciona como la mejor película hasta el momento, por delante llegan más estrenos como El Rey León y Mulan; quienes seguramente darán batalla para quedarse con ese título y es que ambas prometen ser inolvidables.

 

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